Todo proyecto, entendido en este contexto, implica una dirección de obra. Ahora bien, qué es la dirección de obra.
La DO tiene una vertiente formal que mediante el Oficio, como documento, acompaña al proyecto y compromete al técnico a una responsabilidad decenal; y una vertiente activa, la dirección de ejecución, de lo que contempla el proyecto, y que vela por el cumplimiento de lo recogido en los documentos del mismo, respaldada por los libros correspondientes.
Nosotros dirigimos nuestras propias obras, o cedemos la dirección si así se nos demanda, siempre bajo supervisión. Esta tarea contempla las actas de replanteo, el seguimiento de visitas, ordenes en su caso, y las certificaciones que correspondan, parciales o finales, bien para subvenciones, bancos, registros o ayuntamientos.
Cercionese ante cualquier oferta que el proyecto incluye la dirección de obra, pues sin ella el proyecto no tiene efecto de ejecución y más pronto que tarde se la pedirán.